Degustamos vinos de Fuego Blanco

El miércoles 25 de octubre asistimos a la degustación de la bodega Fuego Blanco de Valle del Pedernal, San Juan. Estuvo dirigida por Marisel Millán, de la familia propietaria de la bodega, y por sus enólogos Bernardo Bossi Bonilla y Pablo Bassin. Degustamos cinco vinos y el espumante de la bodega, más tres tomas de tanque, aun sin etiqueta definitiva.

Empezamos con el Sauvignon Blanc 2015. En nariz apreciamos aromas de frutas de pulpa blanca y cítricos (pomelo) y notas herbáceas (recordando a la ruda) que no pasan desapercibidas. En boca resulta franco, con una acidez marcada que lo hace muy bebible. Seguimos con el Gewürztraminer 2016. Un vino elegante ya en nariz, con aromas marcados a fruta blanca. En boca resultó muy elegante y sedoso, un vino que invita a disfrutarlo. Y terminamos el portfolio de blancos con un Chardonnay 2015, que se mostró muy elegante en boca, con un leve amargor, muy interesante, al final. Ninguno de los blancos tiene paso por madera.

Seguimos con dos blends de la bodega. El Fuego Blanco Malbec-Syrah (60% MB, 40% SY) y el Cabernet Franc-Malbec (60% CF, 40% MB). El 60% de ambos blends fue criado en barricas de 1000 litros de roble francés. El MB-SY presenta notas lácticas y de frutas negras en nariz, mientras que en boca notamos fruta roja y negra maduras, con taninos muy sutiles. El CF-MB resultó de una nariz muy compleja, con notas frutales y de especies, siendo muy franco en boca y con taninos más marcados que combinan perfectamente con un final elegante.

Terminamos con tres muestras aun sin etiqueta definitiva: Contraviento Red Blend 2017 (MB, CF y SY), Flint Stone Malbec 2015 y Flint Stone Cabernet Franc 2015. A pesar de los dos años del Flint Stone MB, es un buen ejemplo de lo que uno puede esperar de esta cepa, fruta roja madura tanto en nariz como en boca. El Flint Stone CF se expresa a través de frutas rojas y negras con toques especiados muy sutiles. Los taninos están bien marcados. En ambos casos, el paso por roble se amalgama perfectamente con los aromas y sabores de las cepas. El Contraviento, sin paso por madera, se muestra muy frutal, apenas especiado, y con taninos redondos.