Probamos casi todas las etiquetas de lo nuevo de Sebastián Bisole, El Legado. Pudimos charlar con Seba sobre este proyecto, qué significa, qué busca. Te lo contamos.
V&D: ¿Qué te llevó a iniciar el proyecto de El Legado?
SB: Quiero contar una historia personal, pero en lugar de hacerlo a partir de un concepto horizontal, como es el caso de la línea Los Bisole, acá lo hago en forma vertical, la historia de mi papá, de cómo me propuso estudiar enología en el mismo instituto donde él había estudiado. Allí, me recibí y empecé a hacer vino a los 17 años.
La frase de Steve Jobs en la contraetiqueta de los vinos resume esa idea: solo podemos hacer una síntesis de nuestra vida mirando hacia atrás y uniendo los puntos que se fueron creando y nos permitieron llegar al presente.
V&D: ¿Qué querés expresar con estos vinos? Contanos cómo los elaborás
SB: Son vinos jóvenes, del año, esta primera añada es la 2024, elaborados con un estilo francés, 100% reductivo, donde se reduce al mínimo la cantidad de oxígeno que ingresa en los tanques de acero durante la fermentación, con la intención de retrasar la evolución del vino todo lo posible, a expensas de aromas y estructura, y que la evolución se de en la botella o en la copa. Terminada la fermentación, se fracciona para salir al mercado con buena acidez, frescura y buscando que los descriptores aromáticos evolucionen en copa.
Se elaboran solamente entre 300 y 450 botellas de cada vino.
V&D: Por ahora estás con 4 etiquetas tintas y una blanca, ¿pensás ampliar el portflio en el futuro inmediato? ¿Vas a continuar con la 2025 el año que viene?
SB: No, ampliarla no. Para el 2025 la idea es seguir con las cinco etiquetas. También con la línea Familia, que tiene etiquetas de vinos blancos que cambian año a año y un malbec, un merlot y un cabernet franc fijos cada añada.
Como novedad, te puedo adelantar que para octubre va a salir una nueva línea de vinos, De Igual a Igual, que recuerda el momento en que mi papá se recibe de enólogo y me dice ‘ahora los dos somos enólogos’. De Igual a Igual serán dos blends trivarietales.
Para el año que viene tendremos otra línea, Tesis, que será el tope de gama. El nombre hace referencia a tres momentos de mi vida. El primero cuando mi papá escribe su tesis para recibirse de enólogo en una máquina de escribir a rodillo y retorno de carro, pero no logra terminarla; el segundo cuando escribo mi tesis en una computadora para recibirme yo; y finalmente, cuando mi papá logra recibirse y escribe su tesis… ¡a mano! Porque ya no había máquina de escribir y no podía usar computadora. Solo dos etiquetas, un malbec y un merlot.
Y ahora vamos a los vinos. Probamos cuatro de las cinco etiquetas de El Legado, todas ellas 2024.
El semillon muestra notas cítricas en nariz, que recuerdan a la lima y al pomelo, con un matiz 'dulce' muy agradable. En boca es de acidez media a media+, dejando una sensación salina interesante, bien típica de la variedad, que combinada con la acidez da un final muy agradable.
El pinot noir es de nariz interesante, notas a fruta roja (guinda, cereza) y especiadas bien marcadas. Acidez media en boca, taninos presentes, final medio. Un lindo pinot, con una acidez algo más baja de lo esperada que no atenta contra la frescura del vino.
El merlot presenta una nariz con aromas a fruta roja (frutilla), y notas especiadas que recuerdan a la nuez moscada. Franco en boca en lo frutal, acidez media-, taninos moderados, final medio. Un merlot de libro.
Y terminamos con el malbec. Llama la atención con un color violeta profundo, con herradura rubí brillante. De nariz compleja, fruta roja (ciruela), y notas especiadas marcadas (clavo de olor), franco en boca, de acidez media y taninos presentes, el final es medio+. Más que interesante este vino.
Tal como nos adelantó Seba, nos encontramos con cuatro vinos que se caracterizan por su frescura y potencia aromática.